viernes, 30 de septiembre de 2022

Día 14. Vienna (VA) 29-7-2022

 Hoy escribo yo esta entrada, aunque no me tocaba. Pero la persona designada se declara incapaz, así que, para no dejarlo ya más tiempo, me pongo manos a la obra.

Tras la maravilla que vimos el día anterior, y que ha relatado estupendamente Bolini, nos levantamos en el que va a ser nuestro último día completo en las Américas.

Para ser el último, está bastante lleno de actividades. Ya hace más de dos meses, cuando todo esto se empezó a gestar, reservamos una visita al Capitolio, porque el tema tiene bastante demanda. Así que ya la teníamos fijada para este viernes 29, a las 11:50.

Como el hotel estaba en Vienna, y todavía disponíamos de vehículo, nos fuimos temprano al DC, incluso sin desayunar (eso fue sobre todo por los precios que tenía, aqui no nos lo regalaban). Así que nos lanzamos a la búsqueda de un buen café en una zona donde fuera posible aparcar sin que nos multasen. Con el Google Maps en mano recorrimos Georgetown y otros barrios washingtonianos, hasta dar con un bonito café en un tranquilo barrio residencial.

No sabíamos si aquello era zona azul, verde o amarilla con pintas, así que preguntamos a unos obreros que andaban por allí, y que como es habitual hablaban un estupendo español entre ellos. El más amable de todos nos dijo que el aparcaba donde le daba la gana, y que si le ponían una multa pues mala suerte.

Con tan interesante información dejamos el coche en el primer hueco que vimos, y a desayunar.

Luego para ir al Capitolio ya lo de aparcar fueron palabra mayores. Así que buscamos un parking más o menos asequible, y allí se quedó nuestro Malibú.

Camino del Capitolio

 Como en el Capitolio pasó lo que pasó el 6 de enero de 2021 , hay una seguridad tremenda por allí.

Las dimensiones del edificio imponen mucho, en especial su enorme cúpula.


 Para entrar hay que hacer unas colas muy ordenadas, rodeados de seguratas con gafas de sol y pinganillo. Pero tampoco se tarda mucho. Luego dentro ves un video que explica como nació el edificio y por qué es la sede de la cámara de representantes del pueblo.

La verdad es que tenemos mucho que aprender aún en España de estas cosas, por muy burros que sean los yanquis, su recorrido democrático es envidiable.

Luego te asignan a un grupo con un guía con casaca roja, te dan unos auriculares para escuchar lo que va contando (aunque terminas desconectando mucho), y has de procurar no despistarte, lo que no siempre es fácil, porque está lleno de gente.

Nuestro guía señalando adecuadamente

Lamentablemente no se visita la cámara de representantes, ni el despacho de Nancy Pelosi, pero lo que ves mola bastante. En especial la cúpula con sus estatuas y sus cuadros de grandes momentos de la historia de los USA.

Cristóbal llegando a La Española



Ali no se si se entera mucho de lo que dicen

 Al lado de la cúpula hay otra sala con estatuas que han ido regalando los distintos estados al Capitolio. Es un curioso batiburrillo, porque cada estatua es de su padre y de su madre. A mi me gustaron especialmente dos, a las que inmortalicé con la cámara:

Fray Junípero Serra

Rosa Parks

 El caso es que terminamos la visita y como vimos que había una cafetería-restaurante alli, con buffet y precios bastante buenos, nos quedamos a comer alli mismo. Lo que fue todo un acierto, porque en los alrededores no encontrabas nada más que furgonetas con música en midi. (Ver fotos del primer día en Washington)

Como aún teníamos un rato hasta el acontecimiento que iba a cerrar, no veas como de bien, nuestro viaje a EEUU, nos fuimos a ver el Museo Smithsoniano de Historia Natural.

En efecto, el de esta peli 

 El museo es bastante entretenido, dirigido a un público familiar, y con una fascinación total por los bichos grandes, en especial los dinosaurios.

Y también otros, más recientes

En la parte de evolución humana buscamos algo del Homo Antecessor y no decían ni palabra.

GRAVE ERROR.

Por contra si que vimos cosas muy chulas, como un cuadro de las conchas marinas más habituales, o una exposición de fotografía de naturaleza espectacular.

Parece nieve, pero son moscas en Tudela




Tras pasar un buen rato en el museo ya llegó la hora de coger el coche de nuevo y volver al hotel, ya que nos esperaba el inesperado regalo del Circo del Sol, acampado justo enfrente.

El hotel se ve al fondo

Yo llevaba años queriendo ir a ver un espectáculo del Circo del Sol, pero nunca pude imaginar que iba a ser en Washington. Las cosas se pusieron de cara, el espectáculo empezaba justo ese día y, milagrosamente, quedaban entradas.

Así que allá nos fuimos los 4, pensando que no había mejor manera de cerrar un viaje tan estupendo.

Había fotocall!!

 Para describir lo que es un espectáculo del Cirque de Soleil, lo único que se puede hacer es ir a verlo. Es tal la magia que tiene que encierra que o lo ves o no lo puedes explicar.

Nos pasamos un par de horas con la boca abierta.


Cuando volvíamos al hotel, para pasar ya nuestra última noche en otras latitudes, pensábamos en lo afortunados que éramos. Para celebrarlo algunos (no todos, que otros ya tenían mucho sueño) nos bajamos a tomar una birra, costara lo que costara, en el bar de hotel.

Estaba rica, era cara, y la bebimos a todo correr, porque el bar cerraba en 10 mins.

Pero la sonrisa de la cara ya no nos la quitaba nadie. 😊




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