sábado, 13 de agosto de 2022

Día 5. Huber Heights (OH) - Nashville (TN) 20-7-2022

 Nos levantamos con la música aún resonando en los oidos. Que increible, ver a esos que siempre has estando escuchando en directo.

Para celebrarlo, nos acercamos a desayunar a un bar de la cadena Tim Horton's que está al lado del hotel. Tienen una oferta por la que puedes comprar 12 donuts por 11.80 $. En teoría tocamos a 3 donuts cada uno, pero como eso no hay quien se lo coma algunos nos van a acompañar un rato del viaje

Una vez saciado el apetito, ¡¡y de que manera!! emprendemos viaje hacia Nashville, un destino que nos apetece una barbaridad.

Además, curiosamente, en Nashville hay un uso horario diferente, y llegaremos una hora antes de lo previsto, jeje.

El viaje nos lleva por lugares muy poblados, con lo cual el tráfico es intenso la mayor parte del tiempo.

Pasamos por Cincinatti, la ciudad más poblada de Ohio. 

Nada más pasarla se atraviesa de nuevo el gran río Ohio y entramos en Kentucky.

Y ponemos la canción correspondiente, claro está.

 Kentucky es el estado de los caballos, y Marga mira como loca por la ventana para ver alguno. Sin éxito.

Eso si, el paso por Louisville nos recuerda al hijo/hermano que se ha quedado en España, al que mandamos la foto correspondiente


Seguimos avanzando por carreteras en las que los camiones te adelantan por derecha e izquierda (en breve pondré post sobre tráfico y carreteras en USA).

Y de pronto, ¡¡croc!!. Un cantazo tremendo en el parabrisas del coche. Afortunadamente al alquilarlo cogimos un seguro in extremis para este tipo de cosas, pero el susto ha sido bueno.

Descubrimos después que el complejo más grande cuevas del mundo está en Kentucky, muy cerca de donde pasamos, el Parque Nacional de Mammoth Cave. Otro de los más grandes nos pilla mucho más cerca, en Ojo Guareña.

Como aprieta ya el hambre, pese a los donuts, paramos a comer en un área de servicio en Cave City, donde encontramos un sitio que no es una franquicia. Formidable. El Bucky Bees!!

El lugar es genuino como pocos, con su Marilyn, sus gorrinillos...

La comida, siendo más o menos lo de siempre, está sabrosa, y los jóvenes camareros son muy amables, aunque estén un poco atónitos ante la presencia de esta rara familia en esas tierras.

Para tomar un café nos recomiendan otro sitio local un poco más abajo, Cave City Creamery. Vamos en coche porque es lo que se lleva y porque hace un calor de la leche. Pues menos mal, porque Ali se da cuenta de que se ha dejado el bolso con pasaporte y todo en el restaurante. Volvemos deprisa y uf, alli estaba. Glub

En el café hay un mapa del mundo donde la gente pone chinchetas para decir a donde le gustaría ir, o de donde viene. Decidimos poner una, que demonios.

Como se puede ver, Ali sitúa Burgos a la altura de Palencia más o menos, pero alli no creo que nadie se de cuenta.

Tras tomarnos los cafés y algún helado, volvemos a tirar millas hasta Nashville. Marga es la encargada de conducir ahora, y también va a ser la encargada de continuar este post.

(by Márgara) Tomo el volante y seguimos atravesando Kentucky de norte a sur (solo vimos 3 caballos...), con muchisimo tráfico y cantidad de trailers enormes, con cuatro o cinco carriles en algunos momentos.

Llegando a Nashville, aunque LA MODA diga que van a Burgos

Llegamos a Nashville con muchísimo calor, y al llegar al apartamento nos faltaba un código para poder entrar. Como la encargada tardaría en poder atendernos, fuimos a una cervecería muy fresquita que había al lado. Una vez hidratados empezamos a hacer el tonto, que es lo habitual en esta familia.

Tras subir el equipaje al apartamento (una monada) y sortear las camas (nos tocó el sofá cama brr) salimos decididos a asaltar Nashville y su famosa calle Broadway. Es una ciudad famosa por ser la cuna de la música country y su turismo está basado en la música; los músicos son leyendas o héroes aquí.

La calle Broadway está llena de los Honky Tonks




locales donde hay música en directo desde las 10 de la mañana hasta las 3 de la madrugada que cierran. muchos de ellos tienen varios pisos y en cada piso actúa un grupo distinto. Posiblemente en esa calle haya más de 50 grupos tocando a la vez!

Hay mucho turismo de grupos de gente que hacen celebraciones, despedidas de solteros, cumpleaños etc, y ves a todos con sus sombreros vaqueros y las botas. Entrar en los Honky Tonk más famosos cuesta porque están a tope y siempre hay un guardia que te pide la identificación, a las chicas se entiende, pero a Javier o a mí en fin...

La noche prometía y la verdad que no defraudó. Tras tomar algunas Budweiser, el equivalente a la Mahou de España, 


fuimos a un garito en donde tocaba un grupo que parecían hermanos. La marcha era increible y había muchas chicas americanas que se lanzaron a bailar. Yo no iba a ser menos, hay que dejar alto el pabellón familiar y allá que me lancé con el ritmo en el cuerpo. 


Mi sorpresa fue cuando se acercan las demás y me piden que sea la cheerleader, que ellas me siguen. Glubs, yo la leader en la cuna del Country me pareció un poco fuerte, teniendo en cuenta que el único bailecito que se es el típico de las bodas. Hubo una chica que dijo que ella sabía y la seguimos: un desastre, hubiera quedado mejor yo con mi bailecito!

Luego se me unió Alicia, menos mal!!. Pidió la canción Honky Tonk Women de Rolling Stones


Continuamos la noche en otros Honky Tonks, que barbaridad, cuanta marcha!


Nos retiramos y nos tocaba volver caminando, un poco retirado hasta el apartamento. Nashville es una ciudad llena de obras y es curioso que por el centro atraviesan una autopista y el tren. Muchos rascacielos junto a casas más antiguas y bajas, mezcla de estilos y de gente. Una ciudad muy viva!

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