Reserva Manyeleti, Khoka Moya día 10. 19 de mayo 2019

La pasada noche al final hubo cierta confusión sobre la hora de salir hoy. Primero a las 6:30, luego a las 6:00. Apostando por las 6:00 nos levantamos a las 5:15, nos duchamos con agua fría (esto del primitivismo tiene estas cosas) y nos preparamos para tomar un cafelito y subir al jeep.
El desayuno será ya a la vuelta.
La primera sorpresa del día viene cuando voy a hacer la primera foto, y me doy cuenta de que me he dejado la batería de la cámara cargando en la habitación. Así que a hacer fotos con el móvil, que es una chapuza.

Carraca lila (Coracias caudata)

Ñus y cebras, que se juntan para protegerse

Antílope acuático (Kobus ellipsiprymnus) Hembra

Dentro de mi enorme egoismo, estoy deseando que esa mañana no veamos ningún animal de los excepcionales, para que no se me escape con la cámara. No lo veré cumplido.

Marga en el jeep, con gafas para no perder detalle

Jirafa con pajarito en el cuello

 Una cosa que impresiona de las jirafas son sus enormes pestañas, que son la envidia de Beyoncés y personajes al uso. Yo creo que todas las mañanas se las rizan

Rino de paseo

Elefante zampando sin disimulo

Llega la hora de tomarse un café en medio del campo, y lo hacemos al lado de una charca fangosa.
Parece que no hay cocodrilos cerca, asi que podemos darnos un paseito sin peligro.
En mi fuero interno estoy feliz, porque hemos visto animales chulos, si, pero ningún felino. A ver si se esperan a la tarde y les pillo con la cámara.
Al subir al jeep, Leyton nos dice que han visto un cheetah cerca y que vamos para allá.
Un cheetah no es esta, que es a la que conocemos todos

Un cheetah es un guepardo.
Vamos zumbando hacia allá, porque ya casi es hora de volver, y nos encontramos con el ser más elegante que se puede uno imaginar.

El va gritando, según Leyton llama a su pareja.
El sonido es bastante agudo, parece que no le pega nada a una fiera como esta.
Tenerlo al lado es inolvidable, va caminando tranquilo mientras repite su llamada.
Es una verdadera pena que sea tarde, porque es para seguirlo horas y horas.
Pero esta gente tendrá que desayunar, y estamos con el unos 10 minutos.
Pongo un par de videos para escuchar su llamada, y las explicaciones de Leyton. 

Bueno, volvemos felices y desayunamos de todo, que hace una gusa guapa.
Al acercarnos a nuestra cabaña descubrimos que tenemos un par de visitantes al lado

No será la última vez que nos visite un paquidermo. (Spoiler de próximos capítulos)
Es hora de dormir un rato, mandar whatsapps a la familia, lo que sea, antes de comer.
Hay una pequeña piscina en el alojamiento, que Marga, que es muy acuática, decide usar para hacerse unos largos. Por alli andan también nuestros compañeros de Buffalo.
Pongo lo que pasa en una sucesión de fotos explicadas.

Marga se baña cual ondina

Aparecen dos que parece que tienen sed

Efectivamente, están sedientos

No resisto la tentación de hacerme una foto con ellos

Marga tampoco

Los yanquis tampoco. Se la mando por email

Ya se sacian, y se van tan tranquilos

 El agua no está tratada con cloro, es natural. Ya saben que estos suelen ir a beber.
Después de comer, a las 15 h, Leyton nos ha citado para hacer un pequeño paseo a pie por los slrededores del campamento. Así nos enseña plantas, huellas de animales, y esas cosas que solo se ven a pie.
Se presenta armado de una escopeta, y nos dice, muy serio, que vayamos en fila india detrás de el y que obedezcamos ciegamente sus instrucciones.
Nos va enseñañndo plantas, huellas de animalillos y animalazos, que indican lo cerca que están del campamento. Al llegar a un camino, nos manda parar con un gesto.

Chiiisstt. Al fondo hay búfalos

He aqui los búfalos

Huella de jirafa

Cagarruta de elefante

Los búfalos son muy fieros, atacan por un par de matojos de hierba fresca, hay que temerlos.
Poco después de ver los búfalos, se vuelve a parar, con gesto preocupado
Hay un silencio repentino en la zona. No se oyen pájaros, ni nada.









- Debe haber un cheetah por la zona.
- No jodas, un cheetah por un lado, búfalos por el otro...
- Caminad despacio, todos detrás de mi.
- Yo creo que este se está dando pisto, pero acojona que no veas.
Toda esta conversación, y los pensamientos, son en inglés, así que hay que imaginarse el esfuerzo doble.
Por fin, a lo lejos, vemos aparecer a Anthony con el jeep, y respiramos tranquilos. Dan ganas de correr para subirse, pero hay que mantener la dignidad y demostrar que eres un español de pura cepa.
Pero bueno, nos subimos al jeep y todo mejora, jeje. Esta vez si que llevo batería en la cámara, así que leopardos, guepardos, caracales, servales, gatos de todos los colores, os esperamos.
Los primeros en aparecer son los búfalos de antes, claro. Alguno de ellos con su carga de pajaritos picabueyes piquirrojo​ (Buphagus erythrorynchus)

 Después vemos unos facoqueros, o warthog, como les llaman por aquí, comiendo de rodillas.

Las cebras son muy fotogénicas. Todas sus fotos salen bien. Posan estupendamente, como este

Un impala con su harén. Pueden llegar a ser 20 hembras. Es tan fatigoso para los machos cuidar de las hembras, reproducirse y pelear con otros aspirantes que su reinado no va más allá de unos pocos días.

Buitre orejudo​ o buitre torgo (Torgos tracheliotos)

Cigüeñuela común​ (Himantopus himantopus)

Nos movemos hacia un abrevadero que está cerca de otro de los campamentos de Manyeleti. Se dirige hacia allí una gran manada de búfalos, unos 300.
Estamos tan cerca de ellos que nos salen algunas fotos bonitas.

Mientras beben los búfalos explico la diferencia entre una reserva privada unida al parque Kruger, y otra que no lo esté.
La mayor diferencia entre el parque Kruger y las reservas privadas es que en estas últimas se puede uno salir de los caminos y buscar animales campo a través, lo que evidentemente facilita mucho las cosas.
Pero si la reserva está unida al parque, sin valla entre ambos (como Manyeleti) debe respetar varias cosas:

1.  Libre circulación de animales
2. No intervención en caso de animales heridos de forma natural
3. Adoptar cualquier medida sanitaria o profiláctica que ponga en marcha el parque.

El punto 2 es el más controvertido. De hecho, si las lesiones a un animal están producidas por el hombre (atropellos, disparos...) se le debe curar.
Y en algunos casos se permite la caza selectiva, o la captura y venta de animales cuya sobrepoblación cause problemas al resto.

 En las reservas privadas separadas del Kruger prácticamente pueden hacer lo que quieran. Compran y venden animales, los tratan, los alimentan incluso.
Se parece bastante a esos safaris que proliferaron en España en los años 80, en los que ibas viendo leones desde tu coche en la sierra de Guadarrama.
En este post lo explican bastante bien, aunque barriendo para casa, ya que las agencias siempre quieren que vayas a una reserva privada, donde teóricamente verás más animales y estarás mejor

 (Y pagarás más)

Dejamos a estos tranquilos y nos encontramos con una a la que llevábamos deseando ver desde hacía días, pero que nos era bastante esquiva.

Hiena manchada o hiena moteada (Crocuta crocuta)

Es también esquiva para las fotos, porque sale movida o desenfocada en la mayoría.
Ella lleva un camino muy decidida, por lo que siguiendo a donde es nos encontramos con unos conocidos. Esta vez no sabemos a donde van

El flash le da un aspecto fantasmagórico

El de la izquierda está iluminado por un foco

Ahí va Anthony al lado de los leones. Ni se inmuta

Y el atardecer bien, gracias

Hoy no vemos cacería, ni asaltos. pero nuestro grupo de leones algo maquina.
Paramos a tomar un chisme. Los estadounidenses se piden un gin tonic. Yo les imito.
Es difícil pensar en un sitio más bonito para tomárselo, a la puesta del sol, tras ver los leones, con la luna llena granulosa de frente

Volvemos a la cabaña. Se nos está resistiendo el amigo Leo.
Pero mañana al amanecer aún tenemos otra oportunidad.
En la cena, Leyton se viene con nosotros. Solo le gusta el futbol como tema de conversación. Los brasileños y los yanquis se van rápido. Solo quedamos nosotros.
Se sabe la liga española al dedillo, quiere que el Tottenham gane la Champions. Ejem.
Yo ya no se ni que decirle, la conversación decae. A dormir