Victoria Falls-Livingstone-Johannesburgo-Cape Town día 14. 23 de mayo 2019

Hoy hay que empezar a volver, lo que siempre es una pena.
Antes de salir de Victoria Falls, nos metemos en un mercado al aire libre para comprar alguna chorradilla para la familia.
Como es pronto, no hay casi nadie aún, y ver a dos tipos de raza blanca con pinta de querer comprar algo genera bastantes abordajes.

No se ve nada en esta foto

Yo me lo paso bien regateando, pero Marga se agobia un poco, por lo que pillamos un par de cosillas y nos vamos al hotel a cerrar las maletas.
La vuelta hasta el aeropuerto de Livingstone es como a la ida, cambio de vehículo en la frontera y más sellos en el pasaport. Como esta foto más o menos.

Le pedimos al conductor del lado de Zambia que nos lleve a un supermercado, que nos vamos a ir sin ver ninguno, y eso no puede ser.
Y lo que vemos no tiene nada que envidiar a cualquier supermercado europeo: limpio, muy ordenado, refrigerado. Un sitio magnífico. No compramos nada porque nos espera un largo viaje, pero dan ganas de comprar un montón de cosas, en especial frutas y zumos.

Huevos de tamaños variados

Harina

Refrescos

Zumos de colorines

Ya en el aeropuerto de Livingstone, que es de juguete, nos queremos tomar un café y gastar los últimos dólares. La moneda oficial de Zambia se llama kwacha, y vale algo más que el rand sudafricano. Pero en el aeropuerto todos los precios están en USD.
Nos sentamos en un café que tiene ventanas a la pista del aeropuerto, y vemos a través de los cristales a un pájaro espectacular, paseando por allí.
Está muy lejos y no conseguimos enfocarle, por lo que las fotos son una kk.
En cualquier caso, pongo las mejores

Garza goliat​ (Ardea goliath)

Como se puede comprobar, es una garza azul de gran tamaño, había 2 o 3 por la zona. y no se asustaban nada por los vehículos del aeropuerto, ni incluso por los aviones.







Las garzas no se asustarían ese día, pero nosotros si cuando vimos el precio del café en el bar ese. Además:

• No nos dieron clave de wifi porque para eso había que pedir algo de comer
• Sentaron a otros dos en nuestra mesa sin cortarse un pelo
• Cada dos por tres pasaban a mirar si habíamos acabado para que nos piráramos.

En resumen, les dije que pagaba con tarjeta, y la maquinita estaba "out of order". Así que, como no teníamos ya dinero suficiente, a ver como lo arreglábamos.
¿Lo arreglamos?
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Te equivocas, Hernando, lo arreglamos pagando en un cuarto secreto donde la maquinita funcionaba.

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En fin, que por fin llega el avión, y comenzamos nuestro vuelo a Ciudad del Cabo de nuevo, con escala en Johannesburgo.

El avión

 No hay mucho que contar aquí, solo que esa semana había terminado esta serie , y claro, a mi me quedaban dos capítulos por ver y no quería enterarme del desenlace, aunque realmente ya sabía quien iba a ocupar finalmente el trono de hierro.

El problema es que cogías un periódico de esos gratuitos para matar el rato en Johannesburgo, y lo primero que aparece en portada es esta foto

De espera en Johannesburgo

Y en el siguiente vuelo, uno justo delante viendo el episodio final en un portátil.
Pero da igual, porque resisto y no me entero hasta llegar a casa.
En Ciudad del Cabo volvemos al mismo hotel del principio, pero esta vez nos dan una habitación pequeñaja, y no la enorme de la primera vez. Da igual, es nuestra última noche en Sudáfrica, y nos vamos a ir a cenar al Waterfront otra vez.
Esta vez, y para irnos aclimatando a lo que nos espera, pedimos unas bravas, en un restaurante español en el que están celebrando una despedida de soltera sudafricana blanca.
El restaurante se llama La Parada, y las bravas están absurdamente ricas.

Una vez satisfecha nuestra morriña hispana, nos damos una vuelta y a dormir.
Mañana es nuestro último día en Ciudad del Cabo, y en este maravilloso país, pero como el vuelo de vuelta no sale hasta las 23 h, vamos a quemar la ciudad (ya será menos...)
¡¡Ya queda poco de este truño!!